Conseguí hacer clic viendo “El gran Showman” con mi hermana en el cine. Recuerdo que yo lloraba y lloraba. No podía parar. Y no solo por la historia me dejó tocada, sino porque me di cuenta que necesitaba dedicarme a crear, cantar, bailar, emocionar.
Y pensé, ¡Pero Laura, despierta!, ¿Qué estas haciendo? Si a ti te encanta ir a ochocientos ensayos, leer guiones, crear con el cuerpo… De modo que busqué escuelas de interpretación en Madrid y comencé a volar.